Gerbera
Entre las plantas que pueden soportar las condiciones de interior y de invernadero, la gerbera se está volviendo cada vez más popular. Sus flores brillantes aportan un ambiente soleado y primaveral a cualquier ramo. Los criadores también han logrado que hoy en día se puedan cultivar gerberas en el alféizar de una ventana. Todos los matices del mantenimiento y cuidado de esta fastidiosa flor se recogen especialmente en esta sección.
Vale la pena señalar que las semillas de gerbera se plantan solo en invernaderos, ya que en tales condiciones es mucho más fácil regular el microclima. Un sustrato especial y una gran cantidad de luz son requisitos igualmente importantes para el cultivo de una planta. Las gerberas no toleran los climas áridos, así como temperaturas superiores a 30 C y inferiores a 8 C.
En los invernaderos, las flores de gerbera se cultivan bajo iluminación artificial, regulando así la duración de las horas de luz. La turba de sphagnum de páramo alto, que tiene baja acidez, es ideal como sustrato. También hay que tomarse muy en serio los fertilizantes, ya que un exceso de determinados elementos puede provocar quemaduras en la gerbera, que se notarán en las hojas.

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