Pera
El conocido peral es valorado por sus cosechas anuales de frutos jugosos y dulces. Son aptos tanto para secar como para hacer mermelada. El árbol da frutos y crece bien en suelos fértiles, profundos y sueltos. En tierras pobres, ácidas y densas, la pera muere.
Hay tres variedades principales de peras: tempranas, de invierno y de otoño. Las peras tempranas dan frutos al final de la temporada de verano. El grupo de variedades de otoño produce cosechas durante todo el otoño, hasta noviembre, y variedades de invierno, hasta que aparecen las heladas. Dependiendo de estas variedades y condiciones naturales, se selecciona el árbol requerido. Después de plantar, el peral debe alimentarse, regarse y podarse las ramas constantemente.
La poda de peras se realiza en primavera. Este procedimiento debe realizarse anualmente. Como regla general, se eliminan las ramas rotas, dañadas, enfermas y que crecen hacia adentro. Gracias a la poda se forma una copa piramidal del árbol.
El peral debe desyerbarse, aflojarse y fertilizarse periódicamente. Es necesario regar para que el flujo de agua no arrastre las raíces. También existen otros matices a la hora de cultivar peras en una parcela personal, que conocerá leyendo nuestra sección sobre peras.

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