Judías verdes

Un sustituto ideal de los platos de carne pueden ser los frijoles deliciosamente cocidos, que contienen no menos proteínas que la carne de cerdo o la ternera. Originarias de América del Sur y Central, las judías verdes aparecieron en Rusia en el siglo XVI. Además de una gran cantidad de proteínas, los frijoles contienen muchas vitaminas, incluidas la vitamina B, la vitamina C y elementos importantes como el hierro y el calcio.

Para que los platos con judías verdes sean lo más sabrosos y saludables posible, debes cultivar este cultivo en tu jardín. Para ello conviene elegir un lugar bien iluminado, protegido de fuertes vientos y con un nivel freático bajo. El período de maduración de los frijoles puede ser de 2 a 3,5 meses. Las semillas se plantan inmediatamente después de las heladas primaverales.

Sin duda, tus propias judías verdes serán un producto respetuoso con el medio ambiente, sin cantidades excesivas de nitratos. Además, en las raíces de esta planta viven bacterias nódulos que producen nitrógeno. Por lo tanto, para enriquecer el suelo con nitrógeno, basta con plantar frijoles en este lugar, y el próximo año siéntete libre de plantar otros cultivos.