Plantar grosellas rojas: algunas reglas y recomendaciones.

Grosella

La grosella roja es uno de los cultivos de bayas más comunes, cuyos arbustos, que crecen a lo largo de cercas o caminos, se pueden encontrar literalmente en todas las cabañas de verano. Esta baya es extremadamente fácil de cuidar y produce una rica cosecha, y con sus frutos se pueden preparar una gran cantidad de todo tipo de postres, salsas, conservas, etc.

Las grosellas rojas se suelen plantar a finales de verano o principios de otoño. Las plántulas anuales y bienales se plantan a una distancia de un metro y medio entre sí, ya sea a lo largo de cercas o en un área especialmente designada (en este caso, los arbustos se colocan en hileras, entre las cuales debe haber al menos dos metros de tierra libre). Una condición extremadamente importante para el crecimiento y desarrollo normal de los arbustos de grosella jóvenes es el suelo preparado. Primero se añaden a cada hoyo de ocho a diez kilogramos de estiércol, así como una mezcla de superfosfato, ceniza de madera y sulfato de potasio, cuyo diámetro debe ser de al menos un metro. Si se plantan grosellas rojas en suelo ácido, es recomendable añadir un poco de dolomita o piedra caliza molida.

En cuanto al proceso de siembra en sí, también tiene ciertas sutilezas. Por eso, es recomendable recortar ligeramente los extremos de las raíces de la plántula y sumergirlas en una mezcla de agua, gordolobo y arcilla para una mejor fijación en el suelo.El collar de la raíz debe enterrarse muy levemente, literalmente de tres a cuatro centímetros, pero el arbusto no debe arrancarse con un ligero movimiento. Después de plantar, los arbustos se deben regar abundantemente y podar a una altura de veinte centímetros del suelo.