alimentación de cebolla

Las cebollas son un cultivo de hortalizas muy valioso. Gracias a su utilidad
Por sus propiedades es muy utilizado en cocina y medicina.
Muchos veraneantes sueñan con conseguir una buena cosecha de cebollas. Y para ello hay que trabajar duro. Una de las condiciones importantes para obtener una cosecha rica es la elección del suelo y la fertilización oportuna de las cebollas.
Las cebollas se cultivan mejor en suelos fértiles húmedos y no salinos. Los suelos arenosos y arcillosos son ideales. En este caso, las cebollas necesitan alimentación en cualquier caso.
Como regla general, las cebollas se fertilizan dos o tres veces. Por primera vez, la alimentación de las cebollas se realiza 40 días después de la siembra. El estiércol diluido aplicado entre las hileras funciona bien como fertilizante. Para un metro lineal son suficientes 10 litros de purín. Después de fertilizar, se recomienda humedecer abundantemente el suelo.
La segunda alimentación con cebolla se realiza 2 semanas después de la primera. En este caso, el suelo se fertiliza con nitrofoska, que se diluye con agua a razón de 40-50 g de fertilizante mineral por 10 litros de agua. Y riega el suelo con esta útil solución. Se necesitan unos 5 litros por metro cuadrado.
La tercera alimentación con cebollas se lleva a cabo otras 2-3 semanas después de la segunda alimentación. En un balde de agua se diluyen gordolobo, 20 g de superfosfato y 10 g de sal de potasio. Y fertilizan abundantemente el suelo, después de lo cual las cebollas se riegan bien.
Además de fertilizar el suelo, también se recomienda el tratamiento preventivo de los brotes de cebolla verde contra las enfermedades fúngicas. Para ello, se diluye sulfato de cobre en 10 litros de agua y se rocía sobre las plumas de cebolla verde.