Tecnología para el cultivo de ajo de invierno.

El ajo empezó a conquistar el corazón de los gourmets hace más de 3.000 años. Vino a nosotros desde la inmensidad de Asia Central. Pitágoras también llamaba al ajo el rey de las especias. Además de su sabor específico, esta planta contiene un 5% de grasa, hasta un 8% de proteína, un 27% de polisacáridos, muchas sales de hierro, vitaminas y yodo. Además, las variedades de invierno contienen más hierro que las de primavera. Además, el ajo de invierno crece y se almacena mejor. En principio, la tecnología para cultivar variedades de ajo de invierno y primavera difiere principalmente en la época de siembra.
Preparando las camas
Lo más conveniente es cultivar ajo en camas estrechas. Es mejor planificar la siembra en el lugar donde se cultivaron calabacines, pepinos o repollos tempranos la temporada pasada. Al preparar las camas, es necesario agregar cal o ceniza, ya que al ajo no le gusta la alta acidez del suelo.
Además, es necesario fertilizar el suelo con humus y fertilizantes minerales: por 1 m² un cubo de humus, 10 g de potasio, 8 g de fósforo.
tiempo de aterrizaje
Dependiendo del clima, es necesario plantar ajo de invierno en la segunda quincena de septiembre o en la primera quincena de octubre, para que antes del inicio del clima frío los dientes de ajo echen raíces y formen un buen sistema de raíces que penetrará hasta profundidad de unos 10 cm, pero no germinan. La tecnología de cultivo de ajo de invierno requiere una profundidad de siembra de aproximadamente 5 cm desde la superficie. Es recomendable dejar un espacio de 10cm entre plantas.
Pequeño secreto
Si coloca el borde del diente con orientación norte-sur, las hojas de la planta podrán recibir la máxima luz solar primaveral. Esta técnica aumentará la productividad y facilitará el cuidado de las plantas.