Albaricoque común: un depósito de propiedades curativas

Todo el mundo conoce muy bien un árbol como el albaricoque común. Sus deliciosos frutos son un manjar favorito tanto de niños como de adultos. Sin embargo, muchos no son conscientes de la cantidad de propiedades medicinales que tiene esta planta.

Los frutos del albaricoque contienen una gran cantidad de nutrientes. Se trata de sustancias pécticas, ácidos cítrico y málico, vitaminas B1, B2, B15, ácido ascórbico, sales minerales, caroteno, etc. Gracias a esta asombrosa composición, los albaricoques sacian rápidamente el hambre, saturan el cuerpo con microelementos esenciales y también ayudan a mejorar el rendimiento.

En los medicamentos de calidad, el albaricoque se utiliza tanto fresco como seco. Desde la antigüedad se elaboran mermeladas y compotas a partir de los frutos de esta planta. Además de la propia pulpa, también se utilizaban semillas y hojas.

Por su alto contenido en sales de potasio, se recomienda para enfermedades del sistema cardiovascular y anemia. El jugo de albaricoque es muy útil para las enfermedades del hígado y, por supuesto, todo el mundo sabe que el caroteno es bueno para la salud ocular. Las semillas de albaricoque se elaboran y consumen como té medicinal. Las hojas de esta planta se pueden utilizar para dolores de muelas y estomatitis.

Sin embargo, al tomar las semillas hay que tener cuidado, ya que contienen sustancias tóxicas. Por lo tanto, una dosis única no debe exceder los 20 gramos.Las personas que padecen gastritis aguda o úlceras también necesitan consumir albaricoques frescos en dosis. También hay que prestar atención al hecho de que el alto contenido de azúcar de los albaricoques puede tener un efecto perjudicial en las personas que padecen diabetes. Tampoco se recomienda comer frutas frescas en ayunas o inmediatamente después de las comidas, ya que esto puede provocar malestar estomacal.